Los equipos son sometidos a rigurosas pruebas de calidad, incluyendo prueba de lluvia para verificar su resistencia al agua, prueba de vibración aleatoria para evaluar su durabilidad durante el transporte, y una prueba de funcionamiento prolongado de 1,000 horas que alterna entre modos de enfriamiento y calefacción bajo diferentes condiciones de voltaje, asegurando su fiabilidad y rendimiento a largo plazo.